jueves, 31 de diciembre de 2009

Exigencias en Europa llevan a exportadores chilenos a medir huella de carbono

La Tercera, Jueves, 10 de Septiembre de 2009

En 2008 el retailer inglés Tesco pidió a Viña Concha y Toro medir la huella de carbono de su proceso productivo. Obama contempla aranceles diferenciados para importaciones según emisiones de CO2 y los sectores minero y frutícola chilenos están tomando medidas para estar preparados si se convierte en una exigencia de los mercados.

Aunque EEUU va más atrás que Europa en el tema, un proyecto de ley del Presidente Barack Obama considera aplicar aranceles diferenciados según las emisiones de carbono de los productos. Si bien aún no es una exigencia para las exportaciones chilenas a EEUU y a la Unión Europea, la necesidad de conocer la huella de carbono -o carbon footprint de cada producto; es decir, cuánta energía se gastó y cuánto CO2 (dióxido de carbono) se liberó al ambiente desde que se produjo hasta que llegó al consumidor-, está cobrando relevancia en los mercados de destino de los envíos locales.

Inglaterra lleva la delantera. “Boots está pidiendo a sus proveedores rotular sus productos con la huella de carbono”, cuenta el investigador Sergio González, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, partícipe del Premio Nobel de la Paz 2007. Esto implica incorporar una etiqueta a los envases que detalle la cantidad de toneladas de CO2 emitidas al hacer el producto. La información es similar a la de calorías e ingredientes de alimentos.

En tanto, Francia anunció que desde enero de 2011 exigirá gradualmente la huella de carbono a todos los productos que se comercialicen en su territorio. “Los países desarrollados están promoviendo el cálculo de la huella”, cuenta Giancarlo Bianchetti, gerente de Marketing de Concha y Toro, que destina un 54,2% de sus envíos a Europa. “Es muy complejo para nosotros que estamos lejos y debemos llevar productos por barco o por avión”, dice el decano de Economía de la Universidad de Chile, Felipe Morandé, al evaluar los efectos sobre las exportaciones chilenas.

Arturo Errázuriz, director para la Región Andina de Ecosecurities -uno de los grandes proveedores de reducciones de emisiones a nivel mundial-, dice que el retailer Kingfisher, que agrupa a varias cadenas importantes, “fijó como política no aceptar productos que no tengan huella de carbono”. Tesco, una de las cadenas inglesas más importantes, desarrolla un plan para calcular la huella de carbono de su proceso productivo, que incluye sus emisiones directas y también a los proveedores, dentro de los aportes indirectos. En 2008 pidió a Concha y Toro hacer el cálculo de la huella, cuenta Bianchetti.

En 2007, y luego de reunirse con firmas como Arauco y Gerdau Aza, la viña comenzó un plan para reducir el impacto ambiental de su proceso vitivinícola, que incluye levantamiento de información sobre el CO2 emitido, proyectos para reducir emisiones, comunicación interna y al consumidor. En esta última etapa desarrollarán una etiqueta que informe sobre la huella. Una de las acciones fue elaborar una botella más liviana, que ayuda a bajar las emisiones por transporte. Su campaña estará enfocada en Londres, dirigida a líderes de opinión, medios, retailers y consumidores.

No es la única viña en el tema. Asesorados por Ecosecurities, Viu Manent está terminando una auditoría para medir sus emisiones por el transporte de vinos a los mercados de destino. Luego “compensaremos el 2008 y de ahí en adelante. El proyecto escogido es una planta geotermal en Guatemala”, dice José Miguel Viu, socio de la firma. Desde octubre lo incorporarán en las etiquetas como “carbon neutral delivery”. La venta de Viu Manent se realiza en menor escala en supermercados que en Europa “han liderado la iniciativa de incorporar exigencias a sus proveedores. Por eso, de momento no hemos tenido exigencias de nuestros clientes”, señala Viu.

Sector frutícola
Esta industria también está en el tema. Juan Carlos Sepúlveda, gerente general de Fedefruta, cuenta que tienen un proyecto con la Universidad Santo Tomás para determinar la captura de CO2 en huertos frutícolas locales.

El Ministerio de Agricultura, en tanto, adjudicó un estudio al Instituto de Investigaciones Agropecuarias para definir una estrategia metodológica para calcular la huella de carbono de productos agropecuarios exportables, como uva de mesa, vinos, berries, quesos gauda y carnes ovinas. Estará listo a fines de noviembre.